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sábado, 15 de agosto de 2009

Una wera


Era delgada, un poco elástica de la piel, le brillaba sus cabellos con el sol y cuando te veía te perdías en esos profundos ojos verdes, como si estuvieras viendo el fondo de un lago al atardecer
Tenía unos dientes grandes, coquetones y unos labios rosas, parecían arados y con las semillas adentro, esperando lo húmedo de otros labios que le hicieran nacer ese cosquilleo que ya había olvidado
La cubría un "ciertopelo" avainallado y un sabor a nicotina afrodisiaco

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